No estoy criticando, solo digo la verdad. L1 C7
- luisj_torres
- 30 nov 2018
- 3 Min. de lectura

¿Alguna vez has escuchado estas frases? “Yo no l@ estoy criticando, solo estoy diciendo la verdad” O cosas como “¿Criticando? ¿Yo? Noooo, para nada solo estamos CO-MEN-TAN-DO, que es diferente”, u otras como “Solo estoy dando mi opinión, esa persona puede hacer con su vida lo que se le antoje” y si es un poco más cínico ha dicho: “Pues es la verdad. Porque la verdad no peca, pero incomoda” o “¿Qué tiene? Esto es crítica constructiva” y cosas similares a estas.
Hoy voy a explicarte el capítulo 7 del evangelio de Mateo que comienza con la siguiente afirmación: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” y cómo pudiste ver al inicio de este vídeo todos de alguna u otra manera hemos criticado algo o a alguien. Esta acción en si misma tiene una connotación negativa y Jesús es muy claro en este tema diciendo que no debemos hacerlo.
Juzgar es algo más habitual de lo que imaginamos. Si hay algo que ha caracterizado a nuestra sociedad es eso. Somos buenísimos para hablar mal de otros y juzgar sus acciones o dichos. Sin embargo, es algo contradictorio porque muchas veces solicitamos que, por favor, dejen de juzgar nuestros actos o nuestras intenciones pero no tenemos reparo en juzgar con dureza a los demás.
La mayoría de nosotros nos damos el derecho, sin tenerlo, a juzgar y opinar sobre cómo los demás deberían de pensar, actuar, sentir, o llevar su vida. Pensamos que por ser creyentes e hijos de Dios podemos a la ligera señalar y deliberar sobre el comportamiento (pecaminoso) de los demás, y acostumbramos criticar lo que no encaja con nuestra visión o lo que no entendemos amparados en lo que dice la Escritura pero la verdad es que solo hay un juez y ese es Dios. No te corresponde a ti ni a juzgar porque esto puede dañar a los demás. El daño que causa juzgar es algo que vaya más allá de simples palabras u opiniones. Dejemos de invertir nuestro tiempo en ver lo qué hacen, cómo lo hacen, por qué hacen ciertas cosas las demás personas. Un juicio o critica puede herir profundamente a alguien y esto puede llegar a tener consecuencias inimaginables.
¿Alguna vez te han juzgado equivocadamente? Estoy seguro que sí. ¿Cómo te ha hecho sentir eso? A la mayoría de las personas nos ha hecho sentir fatal. Entonces, la pregunta para ti hoy es ¿por qué si esto te ha resultado incomodo, molesto y hasta doloroso tú lo haces con otros? Jesús nos mandó a amar a nuestro prójimo, no a juzgarlo.
Muchas veces cuando se comparte el evangelio olvidamos decirles a las personas que nosotros no los estamos juzgando y Dios tampoco.
Ciertamente Dios no está de acuerdo con ese comportamiento independiente y autodestructivo que transgrede las leyes que Él estableció para que vivamos en bendición. Habrá un día en el que Dios juzgará a todos por su mal comportamiento pero ese tiempo aún no ha llegado. Este es el tiempo de anunciar la mayor hazaña de amor que el mundo ha conocido, ¿cuál es esa hazaña? Es la del único Dios que tomo la forma de un hombre para dar su vida para salvarnos de la muerte eterna. El no vino a juzgar al mundo sino a rescatarlo.
Así que no uses tu boca para señalar, juzgar o criticar sino para anunciar que él va a regresar… Y cuando el venga tu y yo le vamos a estar esperando.
Comments