¿Y la recompensa pa´ cuando? L1 C6
- luisj_torres
- 29 nov 2018
- 3 Min. de lectura

Hoy leímos el capítulo 6 del evangelio de Mateo. Este es un texto bastante extenso por lo que no podré explicarlo todo.
Al leer el versículo uno recordé la plática que sostuve con un joven al que le estaba predicando un par de semanas atrás porque me decía que leía la Biblia todos los días pero cuando su familia no lo veía porque tenía temor a que ellos pensarán que lo hacía para que lo vieran.
Escuchar esas palabras me conmovieron y al mismo tiempo recordé que Jesús nos mandó a orar en nuestro aposento con la puerta cerrada para que no seamos vistos por los hombres. También leímos que si damos limosna, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, si ayunamos debemos debes ungir nuestra cabeza y lavar nuestro rostro.
¿Qué quiere decir todo esto Luis? Primero, Jesús deja muy claro que como discípulos debemos actuar conforme al Espíritu de Dios y que todo lo que hacemos para Dios tiene una recompensa. Segundo, nos enseña que las cosas que tienen que ver con Dios deben hacerse con el motivo correcto. Tercero, la forma en que hacemos las cosas también es importante en el Reino de Dios.
Conforme a lo que Jesús expuso estos tres puntos se convierten en las condiciones para que nuestras acciones tengan una recompensa de parte del cielo. Pienso que en este punto todos los que me escuchan se están diciendo así mismos: yo todo lo hago para la Gloria de Dios. Sí, yo también lo pensaba.
Al leer las escrituras el Espíritu Santo me llevo a examinar mi corazón y a cuestionarme, ¿por qué hago lo que hago? ¿Cuál es la verdadera intención detrás de lo que hago? ¿Estoy buscando la aprobación de Dios o de los hombres? En este sentido te pregunto a ti, ¿por qué estas orando? ¿En verdad quieres tener una relación con el Padre Celestial o quieres que te saque de un problema mayúsculo? ¿Por qué vas a la iglesia? ¿Para qué tu esposa deje de molestarte? ¿Por qué asistes a la casa de paz o a la célula? ¿Para qué el líder de molestarte? ¿Por qué sirves en ese ministerio? ¿Para que el mentor o el Pastor no te llamen la atención? ¿Por qué das el diezmo a la iglesia? ¿Por qué te presionan o por qué tienes fe en que Dios es tu proveedor? Vamos. Se humilde contigo mismo. No estoy aquí para juzgarte sino para hacerte un llamado de parte de Dios para que seas guiado por el Espíritu, purifiques tus intenciones y actúes sabiamente.
En el libro a los Hebreos en el capítulo 12 versículo 2 se nos enseña que pongamos nuestros ojos en Jesús. Por experiencia personal te digo que es muy fácil perder el enfoque. Jesús desde el inicio de este capítulo que leímos nos advierte que hay hombres que buscan el reconocimiento público.
Todos hemos pasado, estamos pasando o pasaremos por esta prueba. El enemigo vendrá a tentarnos para corromper la obra de Dios en nuestras vidas pero no tengas miedo al rechazo, al juicio o a las críticas. No cedas a la presión del mundo. Mantén puro tu corazón y verás la Gloria de Dios. Tendrás recompensa del cielo. Tu Padre que te ve en lo secreto, en su momento, no en el tuyo, te va a recompensar. Él lo hizo conmigo y también lo hará contigo.
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